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Jueves, 13 de marzo de 2014

TPP: lo que no dijo la ministra

Ministra Magali Silva en el Congreso (10/03/2014)

Ministra Magali Silva en el Congreso (10/03/2014)

(Una versión más breve de este artículo fue publicada en el diario La Primera)

Por: Paul E. Maquet
RedGE

Este lunes 10 de marzo, la ministra Magali Silva asistió al Congreso para informar sobre el estado actual de las negociaciones del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP) y otros temas comerciales. En lo referido específicamente al TPP, el acuerdo que según la propia ministra conformaría el bloque “más importante a nivel mundial” al reunir al 40% de la economía mundial en una gran área de libre comercio, la escueta alocución duró apenas 10 minutos. Silva se refirió a aspectos generales sin entrar en detalles sobre la posición negociadora del Perú en ámbitos tan sensibles como propiedad intelectual, inversiones, acceso a medicamentos y libertades en Internet.

El momento más “picante” de la sesión tuvo lugar gracias a las preguntas formuladas por los congresistas. Como recordamos, hace pocas semanas 21 parlamentarios peruanos firmaron una carta junto con otros 65 legisladores de diversos países parte del TPP, rechazando la falta de transparencia de la negociación. En ese marco, el congresista Alejandro Yovera realizó una serie de preguntas críticas sobre los impactos del TPP.

Las respuestas de la ministra no pudieron ser más decepcionantes.

Preguntada sobre si es verdad que el capítulo de Obstáculos Técnicos al Comercio contiene un anexo que podría impedir el etiquetado de alimentos transgénicos, la ministra Magali Silva dijo categóricamente que “No, no, no se va a impedir, no tiene absolutamente nada que ver”.

Sin embargo, esta breve respuesta es contradictoria con lo que informara en agosto el negociador chileno Felipe Lopeandía en reunión con sociedad civil: “en este capítulo hay una serie de anexos y propuestas de distintos países. Uno de ellos se refiere al establecimiento de criterios para fórmulas (‘proprietary formula’). (…) hay países que han planteado dudas con ciertas obligaciones y el impacto que esto tendría en la regulación y en el etiquetado de alimentos”. También es contradictoria con la información difundida por 44 académicos australianos, quienes en diciembre de 2013 enviaron una carta pública a su gobierno expresando su preocupación por “provisiones que podrían limitar opciones para el etiquetado de alimentos”. De hecho, también es contradictoria con el mandato negociador de EEUU aprobado por una Ley de 2004, que señala claramente como uno de los objetivos de los acuerdos comerciales de este país “eliminar las prácticas que disminuyen las oportunidades de acceso al mercado (…) incluyendo restricciones comerciales injustificadas o requisitos comerciales, tales como el etiquetado, que afectan a las nuevas tecnologías, incluida la biotecnología”. ¿A quién debemos creerle?

Preguntada sobre los impactos del TPP en el medio ambiente, la ministra destacó que “hemos tratado aspectos como la conservación de las especies, la biodiversidad, el cambio climático y la pesca ilegal” y no dio más detalles.

Sin embargo, no hizo mención a la nueva propuesta de EEUU filtrada en febrero de este año, en la cual precisamente se disminuye el nivel –ya de por sí insuficiente– de los compromisos ambientales. En el nuevo texto filtrado, se evita inclusive la referencia explícita al “cambio climático” y se utiliza un lenguaje más débil en lo referido a la defensa de la biodiversidad. La ministra tampoco explicó por qué el capítulo de medio ambiente filtrado en enero por Wikileaks no incluye ningún mecanismo obligatorio para el cumplimiento de los acuerdos ambientales.

Preguntada sobre cuándo se instalará la llamada “máquina ciega” para que la sociedad civil y los parlamentarios puedan conocer los textos en negociación, la ministra dijo que “nosotros tenemos que respetar la Ley de Transparencia y Acceso a la Información, que dice que cuando se trata de negociaciones de interés nacional, durante las negociaciones no se pueden dar a conocer los textos”.

Sin embargo, la ministra parece desconocer que en anteriores negociaciones el propio MINCETUR instaló una computadora –sin puertos para colocar alguna memoria externa– pero en la cual los interesados podían leer los textos en pantalla. Incluso, en reuniones informativas se proyectaba los textos para que la sociedad civil, los empresarios, los académicos y los legisladores pudieran estar al tanto del curso de la negociación. ¿Acaso los responsables de las negociaciones de los TLC con EEUU y Europa violaron la Ley de Acceso a la Información? ¿Por qué hay más secretismo en el TPP que en los anteriores acuerdos comerciales? ¿Qué es lo que no quieren que se sepa?

Es muy preocupante que todo lo que sepamos del TPP sea gracias a las filtraciones de Wikileaks y otras organizaciones internacionales, y que la propia ministra responsable del tema se muestre tan desinformada sobre las negociaciones.

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