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Martes, 19 de mayo de 2015

Obama en ‘fast track’ para apresurar el TPP

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(19/05/15)

Hernán Pérez Loose

Columna en El Universo de Ecuador

La semana pasada, el presidente Obama logró revertir la derrota que sufriera en el Senado cuando su propio partido se negara a votar junto con los republicanos para concederle la autorización que necesita para negociar el Acuerdo Estratégico Trans-Pacífico de Asociación Económica (TPP por sus siglas en inglés) con el beneficio del fast track o vía rápida. (Como en toda democracia, el hecho de que Obama sea miembro del Partido Demócrata no convierte a los legisladores de ese partido en obsecuentes seguidores de las iniciativas del Ejecutivo). Tan pronto como se conoció el martes la votación adversa en el Senado, las negociaciones entre la Casa Blanca y los líderes demócratas se intensificaron hasta llegar a un compromiso. Para el jueves las cosas habían cambiado, y durante esta semana habrá un debate en el Senado con un Partido Demócrata más flexible.

El llamado fast track es una fórmula legislativa muy singular que fue creada en 1974 y ha venido renovándose a medida que así lo han requerido los sucesivos presidentes. Mediante ella se le permite al Ejecutivo negociar durante cierto periodo acuerdos comerciales internacionales, pero con la particularidad de que cuando el Congreso deba aprobarlos lo debe hacer en bloque. O lo acepta todo, o lo niega todo. No hay cabida para devolvérselo al Ejecutivo para que renegocie tal o cual cláusula. Se vota sí en paquete, o se vota no en paquete. Si bien esta fórmula significa una suerte de “cheque en blanco” a la Casa Blanca, lo cierto es que ella ayuda mucho a los equipos negociadores a dar certeza a sus contrapartes. Y viceversa. Obama está pidiendo renovar esa fórmula para el TPP.

De llegar a concluirse exitosamente este tratado, él se convertiría en uno de los bloques comerciales más importantes del mundo. El pacto incluye las economías más dinámicas de la Cuenca del Pacífico: Japón, Singapur, Malasia, Brunéi, Canadá, Australia, Nueva Zelanda y Vietnam, así como Chile, Perú y México por Latinoamérica. Aunque China ha expresado interés, por ahora no formaría parte del convenio. Corea del Sur optó por un acuerdo bilateral con los Estados Unidos. El TPP constituiría el 40 por ciento del comercio internacional, un volumen ciertamente impresionante.

Debe recordarse que si bien todos los países de esta nueva alianza comercial han reducido sus aranceles como resultado del Acuerdo de Uruguay en el marco del GATT (1974), lo cierto es que aún mantienen niveles arancelarios altos para ciertos productos. El TPP busca una reducción más aguda de ellos, en plazos reducidos y bajo una supervisión institucional. Como todos los acuerdos comerciales de nueva generación, el TPP se caracteriza por una extrema complejidad. Es que los acuerdos comerciales hoy en día no se limitan a temas de comercio estrictamente hablando, sino que incluyen una lista larga de otros temas que favorecen a la inversión extranjera y hasta incluyen compromisos políticos respecto de los derechos laborales y libertades públicas. Veamos cómo le va al presidente Obama en los próximos días. No le será fácil. (O)

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